domingo, 30 de enero de 2011

La obra: "Razones y líneas..."

"Razones y líneas para la formalidad de un desequilibrio razonable"
180 x 180 cmts
1993
Colección particular

1993. Lo jodido no es el infierno, sino que uno aprende el camino hasta él. Se lo digo en voz baja y el espejo que me mira y se calla.

Aquel día tuve que pronunciar un discurso, frente a las autoridades municipales, familiares, amigos de algún presente que tuviera amigos y público en general. El responsable del Centro de Arte Tecla Sala, anuncia lo "imprescindible" de esta exposición, "¿es realmente necesario que hable?", luego el comisario profundiza y alaba, "sí, aunque sólo sea para dar las gracias" y el curator que se alarga y yo que no veo por donde largarme y la concejala de cultura que maldisimula un bostezo y el de la mesa de los refrescos, vestido de barman en blanco y negro, que se hurga la oreja y yo que pienso en los cienpiés y en el por qué tienen cien pudiendo reptar, como las víboras y los besos, y el delegado de la Generalitat que aplaude la ocurrencia y el comisario que sigue y yo que creo, o pienso creer que creo, que no hay razón alguna para mi discurso y que podría darlo en latín provenzal, así seguro me aplaudirían los romances y que me pregunto que si después del parlamento habrá baile con su pickup de aguja y su coro de eunucos.

Dos días más tarde, el mayor galerista del país me contacta y que ha visto la exposición, casualidades de la vida, y que tiene grandes proyectos para mi obra y que nos citamos para dos días más tarde, mañana no puede, casualidades de la vida, y Goethe que le hace murmurar a Fausto, "detente, instante, eres tan hermoso", y el jodido instante, un instante después, se detuvo y el corazón del galerista que dejó de sangrar y Mefisófeles se río con una hebra de carne entre los dientes. Y al galerista lo enterramos, dos días después, de maitines, en una iglesia de pueblo con cipreses, esquinas y beatas.
Y el tañido de campana que suena a martinete y que nunca vuelve a la campana.

miércoles, 26 de enero de 2011

Pavesas: "La canción fría"

2011.
Ella escribe recostada en la cama.
Entro para saludarle la mañana. No levanta la vista. Desgrano del inglés la letra de lo que está escuchando y pienso que a lo mejor siente frío y sé que sin duda siento frío. Quizá abrazarla, quizá volver a cerrar la puerta y dejar que sea Purcell quien le siga saludando la mañana o que lo haga el frío. Veo sus manos, noto el hielo y oigo la letra.

Qué poder tiene el arte que desde abajo
me hace ascender a regañadientes y lento
desde las camas hasta la nieve eterna

(...)

Puedo apenas moverme
o dibujar mi aliento
Puedo apenas moverme
o dibujar mi aliento


Permítame, permítame
Permítame, permítame
Congelar de nuevo...
Permítame, permítame
Congelar de nuevo hasta la muerte.











"The cold song" from "King Arthur" by Henry Purcell performed by Klaus Nomi


Y ella que escribe recostada en la cama y yo que cierro la puerta y el contratenor que canta y yo que cierro la puerta.

viernes, 21 de enero de 2011

En plató: el arte contemporáneo

14 del cuatro del 2010. "Para todos la2" convoca una mesa para analizar la condición del arte contemporáneo. Coincido con Arnau Puig, maestro, sabio y Arnau Puig, y con Rafael Tous, esteta del conceptual, coleccionista.

"Federico", le dijo girando el cuello frente a la obra de un moderno, "¿tú sabes que carajo es esto?"
Federico observó el cuadro, mantuvo un momento el silencio y le respondió: "Abanicos de colores parecen sus patas"

Eso fue lo que sucedió.












AQUÍ PUEDE VERSE LA PRIMERA PARTE










Y AQUÍ LA SEGUNDA










Y NO HAY DOS SIN TRES

Qué bonitos estamos así los tres, parecemos cuadros en la pinacoteca del lubre.

lunes, 17 de enero de 2011

La obra: "Et c'est 5 une brume sur son regard"


 "Et c'est 5 une brume sur son regard"
190 x 130 cmts
1991
Colección del artista

Mayo del 91.
"Una estética muy nihilista", me anuncia la señora que come croquetas en la inauguración. Visto chaqueta azul y tejanos y llevo el pelo mojado hacia atrás. "¿Jorge?", oui, c'est moi. Y ella que se presenta y me extiende las mejillas y yo, que castamente, la beso y que me habla de las coincidencias de la vida (en cuanto mencione al destino, huyo) y que me ronda como los buitres a un fémur, y yo que veo que tiene rectas curvas y bonita cara y dedos largos y que se me acaba la conversación (padecimiento de nihilista) Y el de la galería que nos interrumpe, "Jorge, disculpa un momento", para anunciar la llegada de un célebre crítico que va a hacer de mí un hombre nuevo, bendecido por las musas y por el capital, un tipo de éxito, diferenciado, besado desde los pies hasta la melancolía por legiones de vírgenes pícaras. Y ella, la que nos conocimos en las coincidencias, que se aparta discretamente y deja paso al coro de trompetas y yo que pienso, sólo un momento, que si el éxito no será, de veras, Nadja y no el calvo que escribe crónicas, "la renovación del informalismo" y promete encumbrarme a la gloria de las croquetas.



martes, 4 de enero de 2011

En onda: el sufrimiento

Siete de Agosto de 2009. Hace calor.
"Afectos en la noche". Las doce.


¿Por qué  sufrimos tanto?


Porque tenemos un cuerpo, materia perecedera y contingente que nos habla a través del dolor. El gran especialista de esto es Artaud, pero ya está muerto. "Allí donde huele la mierda, huele el ser", esa es la ontología del ser, antes de que los racionalistas lo convirtieran el sujeto, y allí, en el aullido del dolor, aparece el escenario metafísco del ser, el "teatro de la crueldad".
¿Y no podríamos callar a este cuerpo voceras cuando sus lamentos ya no van a servir al ser yo para nada? Si, naturalmente. Nuestra técnica analgésica, sedante y anestésica lo permite, pero los recursos siguen en manos de moralistas que quieren oír, para interpretarlo, en bien de la salud pública, los berridos de ese cuerpo que muere.
Porque tenemos una identidad, un ego, un yo interprete que actúa como plataforma que da significación emocional a las circunstancias. No existe el sufrimiento, la alegría o la tristeza o el miedo sin un yo que interprete ese algo como tal. Se contaba de un sabio taoista que encontró un magnífico caballo negro en su establo. Al ver que nadie lo reclamaba, los vecinos se acercaron a él y le dijerón "¡qué alegría!, tienes un nuevo caballo caído como del cielo", a lo que el sabio respondió: "sólo sé que un caballo negro llegó a mi establo". Al poco su hijo lo montó y al hacerlo se cayó y se rompió una pierna. Volvieron a congregarse sus vecinos y le dijeron: "¡Qué pena!, tu hijo se ha partido una pierna", a lo que el taoista volvió a replicar: "Yo solo sé que un caballo llegó a mi establo, mi hijo lo montó, se cayó y se partió una pierna". Fue entonces cuando movilizaron a todos los jóvenes de China para alistarse en el ejército para combatir contra Japón, pero el hijo del taoista se libró por la fractura. Los vecinos rodearon al sabio: "¡Qué alegría!, tu hijo se librará de la guerra por tener la pierna rota, es una bendición del cielo", a lo que el anciano contestó: "sólo sé que llegó un caballo a mis establos, mi hijo lo montó, se cayó, se rompió una pierna y ahora no ira a la guerra"...Sucede que normalmente el yo (que se afirma negando al otro) cree que todos están contra él y, consecuentemente, sufre más que besa.
Porque tenemos un pensamiento con capacidad de representar a ese yo. Es un mecanismo anticipativo que nos genera la conciencia y nos teatraliza en escenarios deseantes. En la representación soy capaz de verme vivo eternamente, de no envejecer, de ser rico, de que ella, sí, ella, me quiera... en la realidad eso no sucede. Y sufro. En la representación soy capaz de verme comido por las pirañas cuando me baño, que ella, si, ella, me abandona, que perderé el empleo (y el trabajo), que me asaltan...y luego en la realidad no sucede, pero ya he sufrido en la representación. Somos el único bicho que sufre dos veces independientemente de lo que realmente sucede.

Pero, ¿Por qué sufrimos tanto?

Porque estamos diseñados y animados, desde el descubrimiento griego del ser trágico y su implantación, para ser trágicos. El más vejado, humillado, crucificado y abandonado (Cristo ten piedad) es un modelo de virtud moral.
¡Jasper! te invoco. Pero Jasper, que también murió, dejó dicho que nos hace trágicos el confrontar el "dasein" (nuestra existencia) con la "existenz" (nuestra existencia posible) ¿Por qué no soy yo el que todo lo tiene y nada ansía? y por si fuera poco nos acompaña la conciencia del "límite" (el reconocimiento de nuestra incapacidad para afrontarlo todo)
Y, ¿qué me dices de Sartre o Kierkegard? Ah, la libertad y el libre albedrío, que nos enfrentan a la infinidad de opciones, de la que sólo puedes escoger, a tientas, una. ¿Cuál? ¿Por qué esa? ¿Qué hacer? ¿Qué decir? Trágico hasta la "nausea".

Así las cosas, suena la voz de Esquilo.
El corifeo, visto como Prometeo ha descrito la constitución de los hombres, pregunta:
"¿Qué solución hallaste a este mal?"
A lo que Prometeo responde:
"Les doté de ciegas esperanzas"

¿Trágico, no?




domingo, 2 de enero de 2011

La obra: "el cajón animado"




"El cajón animado"
160 x 160 x12 cmts
1999
Prop. Fundación Vilacasas


Noventa y nueve. Sangro, al despertar, por la nariz. Quizá el pensamiento, "los genitales del mundo" como lo llamaba Bernhard, tenga estas cosas. No me pasa nada, es sólo que mi pensamiento tiene la regla. Me introduzco dos pequeños tapones de papel en la nariz (un útero duplicado)
Quizá las jaquecas son porque algo ha germinado en mi pensamiento, quizá sólo sea eso, y todo vaya bien. A Zeus le pasó; le dolía mucho la cabeza, ¿sabes?, y cuando se la abrieron de un hachazo salió de su cerebro Atenea.
A lo mejor no es nada de esto, y es que por estar tanto tiempo solo he aprendido el alquímico arte del hermafrodismo. Soy una flor sin visitas. Me he preñado, en un acto de solipsismo cerrado, de mí mismo. Un poco contemplativo resulta. Egotista. A Narciso se lo comieron los camarones. Quizá es sólo eso, y los eremitas que hemos perdido el desierto, nos hartamos, malgré nous, de polvos ensimismados. Y eso que procuro hechar todo fuera, como los onanistas flacos, y entregar todas mis semillitas a las golosas abejas. Resulta embarazoso.
Quizá sólo sea eso; la soledad. Pero creo, mi querida esposa, que sobre la traquea y por debajo del cielo, tengo un cajón animado.


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