lunes, 21 de marzo de 2011

En onda: ¿Vale el arte lo que cuesta?

31/12/09 En "Afectos en la noche" de RNE


Texto pre-post moderno (que no es lo mismo que moderno)

Con el fin del arte “sensualista”, que hacía una representación simbólica de la realidad fenoménica (un árbol, una mujer, una batalla) y que se ajustaba a través de los mecanismos perspectivos al logro eterno de la “mimesis”, se acaba la validación pública, “¿qué estás mirando?”, que no el precio, “¿Cuánto cuesta?”
El arte sigue siendo esa representación simbólica, a través de propias correspondencias, de la realidad. Pero la realidad del hacedor ya no son las flores, sino la razón de la flor. El arte hace arte preguntándose por lo que es el arte. Por tanto, no se dirige a las emociones de los civiles sino, por su hiperracionalización y por todo el enjambre de moscas zumbonas que han querido ponerles esotérico términos justificativo a lo que sólo se justifica por él mismo, se dirige, digo, a un intelecto preparado, instruido, iniciado, elegido (y, por lo general, algo presuntuoso) capaz de descifrar la alquímica del acertijo que nos plantea. Es decir, a casi nadie. Igual que el espacio infinito entre un neutrón y un electrón sólo lo reconoce aquel capaz de operar con los mecanismos teóricos del vacío, de reconocer y no sólo ver, y sólo le interesa al físico (por más que nos afecte a todos)
El arte es el sustento de ese colectivo que engloba artistas, visionarios, esteticistas, teóricos, montadores, críticos, señoras de la limpieza, “curators”, un buen tipo, santones, especuladores (¿he dicho especuladores?) y que encabrona al resto. Los primeros lo “contextualizan” (esto es una palangana, “¿no ve que es para mear?” y esto una obra, “¿no ve que está en una exposición?), los segundos o lo denigran (sin estar legitimados a hacerlo pues no lo entienden) o lo tasan (porque tienen medios para comprarlo) y lo sustentan.
En este estado de cosas ¿quién paga por lo que no entiende? (ni el físico atómico paga por el ver el vacío)
He visto, soy algo viejo ya, compradores que impostan sus sentimientos, “es que tu obra me ha causado una honda emoción”, y que exponen en sus casas, “la honda emoción”, al revés. Lo que de veras les seduce es el prestigio de tener algo caro y que les cuelgue (no de la entrepierna sino de los límites de sus domicilios) Un bien especulativo que adquieren, seguros, disfrazándose de arrebato sensible. Pero estas criaturas no engañan, no son malos ni necios ni embusteros (algo pomposos quizá) simplemente creen que su impostura es su postura.
¿Qué si vale el arte lo que cuesta?
Lo que no puede validar quien lo puede comprar no tiene valor, sólo precio. Y lo que no puede validar quien lo tasa nunca será susceptible de ser cuestionado por su precio.
El sueño del especulador de ficciones.

martes, 8 de marzo de 2011

pavesas: Ícaro

1992 y el rayo, querido Miguel, que no cesa

De acercarse directamente al Sol bien poco nos puede contar Ícaro, quizá por no preveer que del astro rey sólo pueden saborearse sus efectos, que sólo es un recuerdo de estaciones, de afectos cíclicos, quizá porque el talento científico del inventor desconocía la poética del vuelo, y sin duda porque si bien el trayecto quemó su motricidad, también heló su lengua (los muertos sólo cuentan su historia cuando desaparece el Sol)
 

sábado, 5 de marzo de 2011

La obra: "Figuración inestable en equilibrio"

"Figuración inestable en equilibrio"
46 x 38 cmts
1993
Colección particular


1993. El pavimento está verde y empiezan a aparecer las moscas.

No recibo muchas visitas. Dejo caer saliva sobre una posada en mi pie, pero la esquiva castamente (tampoco ellas me besan) Son moscas grandes, Scathophagas de estercolero. Nunca he sido aficionado a la entomología (yo,como los griegos, no distingo por su nombre una mosca de una avispa) pero siento una curiosa inclinación por estas moscas come mierdas. Por su apareamiento, por sus pasiones tristes, por sus amores escatológicos, por la rapidez de sus roces, por su teleología (no hay moscas en el infierno; Dante al menos no las describio y Ovidio no se paró a mirarlas) Creo que ellas, si la felicidad no les interrumpiera la inclinación metafísica, podrían elaborar una tesis ontológica digna de pintarse. A veces las oigo cantar boleros, luego, me lavo las manos.
 "Là où ça sent la merde ça sent l'être", susurra el muerto de Artaud y yo, que hoy que el pavimento está verde, sólo recibo muertos y moscas, lo escucho. El ser, el ser que llora y defeca, que construye obras de arte con sus lágrimas y su mierda y las moscas, críticas agudas, que sabrían darnos significados que los metafísicos no entienden. Viene otro muerto, como un círculo concentrico; la marica de Genet . Y me narra la belleza curva de lo sórdido, la trascendencia de lo siniestro y me habla de Stiliano y de su mano cortada y su culo fuerte y redondo que nunca se abrirá para él. Lo oigo llorar como Ulises escuchó a Aquiles, que sólo entendió la belleza una vez muerto.
En la Sorbona, me acuerdo, las moscas se detenían sobre la tiza.
Y yo que hoy me pararía a charlar con ellas, si no estuviera ya parado y que les arrancaría las alas si no fuera porque tengo que lavarme las manos y que las invitaría a pasearse por mi vientre si no estuviera ya el pavimento verde.

martes, 1 de marzo de 2011

En plató: el humor

Nueve de Junio de 2010. Temperatura estable

"Para todos la2" en compañía de Javier Sádaba que seduce y Vico, alias David Pastor.

Nada de lo que no pueda hacerse broma merece la pena ser tomado en serio.

Alguien dijo que la distancia más corta entre dos personas era el humor. Además, el humor es conmovedor por subversivo: 
Es irreverente con lo sagrado al confrontar lo absoluto con lo cotidiano (no sé cual de las religiones será la Unica y Verdadera, pero sé que esa tendrá sentido del humor) inocula lo absurdo con lo hiperacional y sus procesos lógicos (baste la patafísica de Jarry o la explicación de cómo llenar un vaso de agua de Tip y Coll) y destapa el tabú (la risa sobre la muerte del humor negro y la risa, a veces tonta, que acompaña la voz del sexo)
Crea comunidad (sólo el excluido no se ríe) e invita a la participación en el gozo (sin tener que bajarse los calzones)

¿Y el chiste?: una expresión sintética del humor, el sonido del látigo, "chys". Los "Chystles", al caso, era una comunidad ortodoxa rusa de flagelantes que, sin que nadie conozca las causas, pasó de la más pura mortificación al más sórdido de los libertinajes, Rasputín, pertenecía, según piadosas voces, a esa cofradía que fue prohibida, creo recordar, en el XIX.  Después, una ronda de chistes.

Y, para fin, que sólo el necio habla del humor sin caer en él.









Aquí puede verse la primera parte








Aquí la segunda








Y aquí la tercera